En el mes de febrero del año 2013, el Centro de Investigaciones
Sociológicas (CIS) publicó un barómetro en el que se mostraban las
profesiones peor valoradas por los ciudadanos españoles. La profesión
peor valorada fue la de juez, seguida por la profesión periodística.
Desde hace mucho tiempo el oficio del periodista no ha inspirado
mucha confianza y en situaciones como la que estamos pasando actualmente, se acentúa
esta falta de respeto. No es raro ir por la calle y oír a alguien que
califica a los periodistas como hienas o parásitos.
Los periodistas deberían ser personas que tienen que transmitir la
información de la manera más objetiva posible, con la intención de hacer
llegar al ciudadano todo lo que está ocurriendo, pero desgraciadamente
esto no es lo que la sociedad piensa acerca de los periodistas.
La mayoría de los ciudadanos tiene como imagen de periodista a una
persona que elabora una información en la que beneficia a una empresa,
un partido político… o simplemente a una persona que se dedica a leer el
teleprompter o a alguien que se dedica a hablar de la vida privada de
otras personas.
Muchas personas no son conscientes de cómo día a día no se respetan
los derechos de libertad de prensa y se obliga a publicar algo que no es
cierto y está completamente manipulado. Tampoco se es consciente de
como las grandes empresas y los jefes coaccionan a los trabajadores
obligándoles a escribir algo con lo que no están de acuerdo porque si no
lo hacen se irán directamente a la calle.
Esta es la triste realidad del periodista y como estudiante de
periodismo y futura periodista me gustaría defender a esta preciosa
profesión y reivindicar el papel de los grandes periodistas que luchan
por ejercer un periodismo digno.
Hay muchos más periodistas de los que aparecen en televisión
discutiendo sobre ciertos temas, como si estuviesen en un gallinero; que
se inventan noticias o que ni siquiera se preocupan en contrastar las
informaciones que han conseguido. Muchos son los periodistas que van a
pie de calle buscando la información y que, aunque no existe la
objetividad al 100%, intentan ser lo más neutral posible. Aunque no lo
parezcan, existen muchos medios que se interesan y se preocupan por lo
que está ocurriendo más allá de esas tontas noticias que se muestran en
los telediarios o en muchos periódicos, que no tienen apenas
importancia…
Es verdad que esta profesión está corrompida, pero no nos quedemos
con la imagen de que todos los periodistas son iguales a los que suelen
aparecer normalmente en televisión o en cualquier otro medio, que se
hacen famosos por crear simples y por qué no decirlo, patéticas
polémicas.
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